El desafío de producir más sin contaminar es una tarea difícil pero que se requiere para el futuro de la sociedad de la cual formamos parte. En este sentido, el Gobierno ha creado un plan que se sostiene en varios pilares para promover la eficiencia energética en España. Para alcanzar la misión de un desarrollo económico pensado para los próximos diez años con un crecimiento del consumo pertinente a ocho ejercicios, se hace necesario reducir la intensidad energética en un 72%.



Para lograrlo, el Ministerio de Economía, mediante la Secretaría de Estado de Energía, ofrece la adopción de 186 medidas dirigidas a la industria, el transporte, la edificación, el equipamiento residencial, la ofimática, los servicios públicos, la transformación de la energía y la agricultura. El coste global asociado a la ejecución de todas ellas ascendería a unos 25993 millones de euros para el grupo del periodo.



Según el Plan, la industria es el ámbito que muestra un objetivo mucho más achicado, puesto que en algunas ramas industriales los inputs energéticos tienen un peso relevante en la estructura de costos y se habla del sector que mayor número de actualizaciones de eficiencia vino ingresando y que más ha controlado el crecimiento del consumo de energía. No obstante, el ahorro sosprechado es notable aunque con un nivel significativo de ayudas.



El transporte, por su parte, es el que tiene mayores objetivos de ahorro. Este es el área que mayor presión viene ejerciendo en alza sobre el consumo de energía. En el caso específico del transporte de mercancías, en especial por carretera, las medidas van dirigidas a la optimización en la gestión de flotas, el lugar de centros logísticos de transporte, la reducción de límites de agilidad en áreas urbanas, el avance de puertos secos en el interior del territorio, la certificación de calidad en las empresas de leer más transporte, la realización de mantenimientos adecuados de los automóviles y la implantación de tacógrafos digitales y de limitadores de agilidad.



Para finalizar, el Plan de ahorro y efectividad energética también recopila esenciales iniciativas dirigidas a moderar la demanda en la construcción y en el campo servicios. Las compañías productoras o distribuidoras de energía en España ya comenzaron a aplicar medidas concretas para fomentar el ahorro. Iberdrola, por servirnos de un ejemplo, ha implementado sistemas de climatización en su nuevo edificio corporativo en La capital de españa que tienen mecanismos de restauración de energía y sistemas de iluminación capaz que administran el nivel de alumbrado esperado según las necesidades de cada recinto.



Para resumir, la estrategia del Gobierno para fomentar la eficacia energética en España es integral y se enfoca en varios ámbitos clave. Si bien es un reto difícil, es fundamental que se adopten medidas para generar mucho más sin contaminar y ayudar a un futuro mucho más sostenible y respetuoso con el medioambiente..